Motivación para la evaluación


Es él  quien debe acompañar  inteligente y amorosamente el proceso de formación de sus estudiantes.

Es el profesor el que guía el proceso de enseñanza-aprendizaje, el que esta presente en cada acontecimiento que ocurre en el aula es por ello que bajo la responsabilidad del docente estará el desarrollo educativo del estudiante debido a que nosotros seremos el modelos a seguir por nuestros educandos, debe ser también carismático para tener una mejor llegada hacia sus estudiantes ya que de esta forma  se crea una motivación para aprender a través de los lazos afectivos que se formaran, además les permite tener la confianza de participar activamente  y resolver todas sus interrogante y de esta forma pueden llegar a un alto grado de madurez.

Fidel Revilla
Escuela y entorno
            “Es al niño a quien se educa, y para obtener excelentes resultados la única vía posible es mantenerlo en contacto permanente con la vida, para lo cual la propia escuela debe ser catalizadora del entorno, para que éste entre en el aula”. Estas palabras de Bartolomé Cosío sirve de marco de referencia a la importancia que el entorno tiene en la educación.
Desde la época de la I.L.E. se escribe y se teoriza sobre la necesidad de conocer y de investigar el medio en la escuela y sobre la importancia del aprendizaje fuera del aula. Durante  los años finales del franquismo y durante la Transición se llevaron a cabo multitud de experiencias y programas de conocimiento del medio.

Ahora la evaluación debe ser una construcción inteligente, diagnóstica, que permita identificar debilidades para superarlas.

A nuestro parecer la evaluación debería ser utilizada como un instrumento que no solo medirá los conocimientos o que actué como filtro social si no más bien es decir que además de esto se complemente con las destrezas y habilidades de cada estudiante, también es muy importante realizar un diagnostico evaluativo para poder identificar desde la raíz y también donde se debería aplicar el reforzamiento.

La evaluación y la evaluación continua (Cuaderno de investigación en la educación)

Como se ha puesto de manifiesto en el apartado anterior, la evaluación es uno de los aspectos en los que se debe incidir para poder adaptarnos al nuevo espacio europeo de educación superior. Adquiere una nueva dimensión para valorar si el alumno ha adquirido, tanto los conocimientos, como las competencias previamente fijadas (Delgado & Oliver, 2006). Para evaluar los objetivos establecidos en cada asignatura, resulta muy importante la utilización de una evaluación continua con un seguimiento habitual, que sustituya a la tradicional evaluación sumativa, centrada mayoritariamente en el examen final, para evaluar las capacidades cognitivas del estudiante y que logre implicar al alumno a lo largo del proceso (Merida, 2006). Por ello, el problema se centra en delimitar el concepto de “evaluación continua” dentro del ámbito universitario, ya que, frente a otros escenarios característicos de las enseñanzas primarias y secundarias, la universidad recoge un saber universal y realiza nuevas investigaciones para el progreso de las ciencias (Fernández et al., 2007)

 Aquí los errores son fuente de aprendizaje. Lo que cuenta es el proceso de desarrollo de las estructuras  mentales que se evidencian en lo que se hace, en la superación de las dificultades, en la instauración de un mejor modo de vivir.

Existe dentro de nuestro desarrollo cognoscitivo lo que actúa como aprendizaje a través de ensayo y error, es por ello que nos que los errores son la fuente principal del aprendizaje, pues se hacen indispensables  para no volver a cometerlos. Además son la base que se crea para desarrollar estructuras mentales más sólidas, que ayuden así a la elaboración de nuestros conocimientos, también nos ayudan a superar las dificultades que se dan en el proceso aprendizaje.


APRENDIZAJE MEDIANTE ENSAYO Y ERROR
     Thorndike observó que la conducta casual o aleatoria de un animal podía venir acompañada por respuestas del medio ambiente satisfactorias para el animal. Si esta circunstancia se repite, es muy probable que el animal asocie dicha conducta con la respuesta que tras ella aparece. De ese modo, el animal habrá aprendido una conducta que podrá utilizar siempre que necesite que aparezca la respuesta del medio. Por ejemplo: encerramos a un perro en una caja-problema y situamos fuera de ella comida; el perro se moverá por la caja de forma casual de un lado a otro y puede que con uno de esos movimientos apriete una palanca que sea el dispositivo de salida, y de ese modo obtenga comida; si esta situación se repite, el animal acabará aprendiendo, por tanteo, que para salir de la jaula y obtener comida basta con apretar la palanca. Este tipo de aprendizaje llevó a Thorndike a postular la "ley del efecto". Se suele considerar este tipo de aprendizaje como un modelo afín al estudiado por Skinner con el título de "condicionamiento operante".